Tánger

Tanger - Riad Al Alba

40 min. (Autopista A1 ó N1)

Ver distancias principales

Mínimo 4 horas

Combinar la visita con Cabo Espartel. Medina fácil de recorrer y frecuentada por turistas. No se necesita guía. Buen clima todo el año. Para poder aprovechar el tiempo seguir el trazado sujerido en los planos.

UN POCO DE HISTORIA.

Fundada por los bereberes, fueron los fenicios quienes le dieron esplendor. Tras la caída de Cartago fue capital del reino independiente de Mauritania y después de la provincia romana de Mauritania Tingitana. A partir del Siglo VIII, durante la dominación árabe comerció con Italia y Francia. A partir del siglo XV fue de españoles y portugueses, se convirtió en británica tras el matrimonio de Carlos II de Inglaterra con una princesa portuguesa y en 1681 volvió a los árabes. Desde mediados del XIX volvió a ser disputada por las potencias occidentales.

En 1923 con el estatuto internacional paso a ser controlada por las autoridades de 9 países: España, Francia, Inglaterra, Portugal, Estados Unidos, Italia, Holanda, Bélgica y Suecia.

Lo mejor para una toma de contacto con Tánger es verla recortarse en el horizonte, poco a poco desde el puente de uno de los barcos que cruzan el Estrecho de Gibraltar, se trata de 14 kilómetros de travesía, justo por el lugar donde el Atlántico y el Mediterráneo confunden sus aguas.

Pero ¿Qué queda del Tánger internacional que, hasta la independencia de Marruecos, era administrado por delegaciones extranjeras? ¿Qué queda de la metrópolis llena de tráficos y comercios lícitos e ilícitos, de dinero fácil y de vicios, de fiestas fastuosas que reunían en las embajadas a príncipes rusos y lores escoceses, a espías y contrabandistas?.

Muy diferente es hoy la primera impresión que produce Tánger . El barco atraca en el muelle, y nada más desembarcar, la nostalgia, ineluctable y puntual nos da la bienvenida. Otros personajes llegaron a este mismo muelle –Samuel BeckettTruman CapoteTenesse Williams, Francis Bacon, Paul Bowles– “los actores del gran teatro de Tánger”. Son visibles por cualquier esquina los vestigios artísticos de los años locos, aunque lamentablemente descuidados y abandonados. Abundan las grietas, faltan las cornisas y los techos se hunden. Prueba de ello es el hotel Continental, mítico edificio de la época gloriosa: ha pasado mucho tiempo desde que se fueran de aquí los diplomáticos ingleses, desde que la decadencia se convirtió en su cliente más fiel y, sin embargo, su personal sigue estando dispuesto a acoger a un improbable famoso. Vana espera, ahora una tienda de nos acoge para vender souvenirs a los turistas despistados que por allí llegan. Igual ocurre con la Pensión Fuentes, los hoteles Villa de la France y Lutétia e incluso el Café Tingis, legendarios puntos de encuentro en el Pequeño Zoco, el corazón de la Medina, donde se refugiaba la extravagante colonia de extranjeros. Efluvios melancólicos afines a los que invaden la tienda del perfumero Madini, impregnando sus anaqueles con las esencias embriagadoras de oriente, como le gustaban a Barbara Hutton, heredera de los almacenes Wolworth, que en la edad de oro de Tánger organizaba fiestas memorables. La misma que para llegar hasta esta perfumería, perdida en el medio del Souk, hizo ensanchar las callejas para circular con su Rolls-Royce.

Así era la vida en Tánger, una ciudad llena de extravagancias en los años 50 poblada por la llamada Beat Generation, una turba de gente “exquisita e insoportable” que tras 33 años de sueño desapareció de un día para otro cuando, el 29 de Octubre de 1956 Tánger pasó al dominio de Marruecos. Con la independencia, Tánger perdió los privilegios garantizados por su estatuto de “ciudad internacional”. Así los diplomáticos, escritores y pintores, actores y multimillonarios que la habían elegido como residencia desparecieron de un día para otro. En solo una noche las delegaciones internacionales se fueron, y toneladas de lingotes de oro cruzaron el Estrecho, para encontrar refugio en los bancos de Gibraltar. Bastó una noche para despojar a Tánger de sus fastos. Al día siguiente las campanas de las iglesias permanecieron mudas, y en los altos de los minaretes empezaron a cantar los muecines; reaparecieron las campesinas del Rif, vestidas con sus futas. Las tradiciones volvían a imponerse, si acaso con una ropa diferente. Como dice el lema ”Tánger vive con los pies en Oriente y la cabeza en Occidente. Aquí confluyen los misterios del mundo árabe y la magia de sus colores pero, como en España, se cena tarde, como en Francia las calles están llenas de librerías; como en Inglaterra en el Hotel Minzah o en el Café de París se oficia el rito del té; y como en toda Europa se glorifica el arte.

Visita a la ciudad. Un buen punto de partida para arrancar el itinerario es la Plaza llamada del Gran Zoco con un interesante mercado, donde las mujeres rifeñas venden sus productos de huerta cada día, aquí también hay puestos de comida y desde aquí iniciar los dos circuitos mas interesantes:

 

LA MEDINA

Única en Marruecos por la convivencia histórica entre occidentales y marroquíes, yuxtaposición de edificios europeos y viviendas tradicionales, así como de iglesias (normalmente cerradas) y mezquitas.

Entraremos por una de las puertas abiertas al Gran Zoco (Bab Fahs) (A) a las calle Siaghines. Enseguida torcemos a la derecha y accedemos a la calle Touahine. En el nº 44 llegaremos a la Fundación Lourin (1): obras de arte contemporáneo y fotos antiguas del Tánger de la interzona. Continuando hacia la calle de América llegamos a La Legación Americana (2). Maxwell transformó en 1926 el antiguo edificio en un conjunto encantador y de buen gusto, tiene varios cuerpos a ambos lados de la calle. Destacan sus salones, pasillo hispano morisco, terraza con balaustrada y un pabellón morisco que combina con las líneas sobrias de Estados Unidos. Actualmente es un museo con documentos de valor histórico, muebles y cuadros de pintores orientalistas como Delacroix.

Volviendo sobre nuestros pasos continuamos descendiendo por la calle Siaghines. Pasamos (a la derecha) por la Iglesia de la Inmaculada Concepción (3) continuando por la misma calle llegaremos al Pequeño Zoco, Petit zoco (4), hay una pequeña plaza en el corazón de la ciudad antigua rodeada de cafés y de pequeños y decrépitos hoteles. Por aquí podemos callejear, comprar o dejarnos llevar por nuestro instinto, se nos pegaran varias veces para guiarnos a tiendas, si nos ofrecen hoteles o cualquier otra cosa, solo será necesario decir amablemente que no nos interesa. Continuando por la antigua calle de la Marina, hoy Gema-el-kebir, llegaremos a La Gran Mezquita (5) antiguo templo romano, posterior iglesia portuguesa y hoy dedicado al rito musulmán. Si seguimos bajando llegaremos a un Mirador (6) con vistas sobre el puerto. Subiendo un poco más arriba nos podemos desviar en dirección al Hotel Continental (7) (c/ Bab-el-Baroud) del que hemos hablado anteriormente y que merece la pena ser visitado.

Por la calle Mohamed Torres subiremos hacia la Kasbah, aconsejamos tomar las calles más anchas cuesta arriba, veremos un pequeño edificio blanco, el sepulcro de Sidi Osni (8), y más adelante el palacio de Sidi Osni, donde vivió Barbara Hutton.

Por Bab-el-Aassa (9), también conocida como la puerta de las palizas, donde se castigaba a los malhechores, se entra a la KASBAH (10). A la izquierda hay un mirador y a la derecha El palacio del Sultán (Grand Mechouar) (11), construido por Muley Ismail, con una fachada almenada, presenta una triple ventana con columnas en el primer piso. Entrando por la gran puerta tenemos la antigua tesorería. La sección etnográfica, con un gran patio de azulejos y un estanque central con un precioso mosaico de Tetuán y columnas clásicas en mármol blanco estilo italiano, alrededor hay ocho salas una de ellas tiene una asombrosa colección de cerámica. Ocupando las antiguas cocinas está el museo arqueológico, tiene un patio con un mosaico romano procedente de Volúbilis, La Navegación de Venus. Antes de salir atravesaremos los jardines del Sultán plantado de naranjos y limoneros. Junto a la salida del museo y descendiendo una escalinata se accede al café “Le Detroit” desde el que se observan unas espectaculares vistas del Estrecho y de la ciudad de Tánger. Proseguimos nuestro recorrido por la C/ Riad Sultan, atravesamos la Plaza de Tabor y salimos de la medina por la Puerta de la Kasbah.

Fuera de la Medina y frente al Estrecho de Gibraltar, en la Av. Hadj-Mohammed-Tazi, se encuentra el antiguo Palacio del Mendub (I), residencia del representante del Sultán en Tánger, comprado por el millonario americano Malcom Forbes y en el que se exponen miniaturas y una colección de 115.000 soldaditos de plomo que él legó a la ciudad. Al lado se encuentra el Café Hafa un singular lugar con unas vistas excelentes.

Seguimos las murallas por la C/ de la Kasbah y de Italia para concluir el recorrido en la Plaza del Gran Zoco (A).

CIUDAD NUEVA

Comenzaremos en el Gran Zoco (A) o plaza del 9 de Abril 1947. Es el corazón de Tánger, aquí se mezclan, sobre todo los días de mercado (jueves y domingo), aves, frutas y verduras que venden los rifeños, hombres vestidos con chilaba marrón y mujeres con sombrero de borlas y manta de rayas. El Zoco se extiende hasta la Mezquita de Sidi Bou Abib (B), minarete decorado con azulejos multicolores. Al lado están los jardines de la Mendubia (C), a la derecha tenemos el famoso Ficus milenario y al fondo del parque una terraza con cañones de bronce del S. XVIII. Saliendo del gran Zoco por la calle Angleterre en el nº 50 está la Iglesia de St. Andrews (D), anglicana de estilo hispanomusulmán, el techo de la iglesia es de madera tallada y el padre nuestro escrito en árabe alrededor del presbiterio, en la esquina con la calle Hollande está el antiguo hotel Ville de France, hoy abandonado, aquí se alojaron Matisse y Delacroix.. En el nº 52 de la misma calle está El Museo de Arte contemporáneo (E), en el antiguo consulado de Inglaterra, es una nave blanca con postigos verdes, tiene muestras de pintura marroquí figurativa y abstracta.

Volviendo a St. Andrews, seguir la calle Amérique du sud, después la de la Liberte hasta la place de France y a la izquierda por el bulevar Pasteur llegamos al balcón de los perezosos (F), vistas del Puerto y en días despejados de la costa española, antiguos cañones protegen la bahía, merece la pena dar un paseo por ésta avenida, comprar en la nueva tienda Madini (G) y tomarse un te en La Giralda lujosa tetería (entrando al bazar al lado de Madini), vista preciosa. Bajando desde la Terraza de los perezosos, en la calle Anoual, está el famoso Teatro de Cervantes (H) con su fachada de art deco, tristemente descuidado.

Este es el recorrido rápido de la ciudad, pero si disponemos de tiempo y curiosidad recomendamos pasear y curiosear, dejarse llevar y sentarse a tomar un te, buscar los miradores de la parte alta de la ciudad y descubrir nuevos rincones. Eso si, una vez que ha oscurecido no recomendamos entrar por las calles poco transitadas del interior de la medina.

Y si deseamos vivir una experiencia singular es imprescidible visitar el Zoco de Casa Barata, sin turistas, sin molestias y en donde se vende de todo.

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