ACCESOS
Aunque se puede realizar el trayecto por la Nacional 1 (35 Km. por carretera en buen estado) recomendamos llegar a Larache por la autopista A1 (Asilah-Rabat) y salir en el segundo peaje (Larache). A continuación tomamos en la primera rotanda, tras la salida del peaje, la carretera N1 a Larache (izquierda). Recomendamos continuar recto, y adentrarnos en la ciudad hasta llegar a la gran plaza ovalada y porticada de La Liberación en donde encontraremos plaza para aparcar (Aparcamiento: 2 dirham).
Está situada a orillas del Loukkos, aunque algo destartalada, no ha perdido su autenticidad, su trazado recuerda a las ciudades andaluzas en su parte moderna y su medina es típicamente árabe.
Un poco de historia
Su origen se encuentra en Lixus, ciudad fundada por los fenicios en el siglo VII a.C., en la orilla opuesta de donde ahora está Larache, fue un importante centro comercial y, posteriormente, con los romanos, se dedicó al desarrollo y producción de la industria del salazón, relacionada directamente con su actividad pesquera.
En el S VII. los musulmanes la conquistaron, repoblando la orilla opuesta y le dieron el nombre de El Arich, actual Larache. En 1471, los Portugueses la atacaron dejándola desolada y abandonada, hasta que es reconstruida por Mohamed el-Said. En 1610, la ciudad es cedida a España, recibiendo el nombre de S. Antonio de Alarache. En 1689, Muley Ismail la reconquistó, adquiriendo gran importancia comercial y pesquera construyéndose varios palacios, mezquitas, etc..
En 1912 se inicia el Protectorado español con la comandancia general, convirtiéndose en un centro militar. Llegó a convertirse en una importante ciudad pesquera y comercial hasta su independencia en 1956. Desgraciadamente el paso del tiempo ha ido deteriorando la ciudad convirtiéndose en lo que hoy es, un centro con mucha población, viejo y destartalado, pero en un enclave delicioso entre la playa y el campo.
LA MEDINA
La medina es típicamente árabe, de forma triangular se extiende entre el castillo de Kelibach (Pequeñas cúpulas), El Fath (de la Cigüeña) y el puerto. Antiguamente estaba amurallada. Se accede a ella a través de la plaza de la Liberación, centro de la ciudad, justo donde se unen la ciudad colonial y la medina antigua.
Entramos por la puerta de Bab Barra, que nos lleva a una plaza porticada, llamada Kaysaria (de la Alcaicería o zoco chico), centro neurálgico del zoco, antes era una plaza de armas, la preside la mezquita mayor, a la izquierda esta la madrazza del zoco chico, junto a la antigua calle hospital, que nos lleva al castillo Kelibach, hoy en ruinas.
A la derecha de la Alcaicería está la puerta de la Alcazaba (Bab el-Kasba), por ella y hacia la derecha pasamos por la plaza y mezquita de Anwar y el morabito de Abd-el Krim Al Bacuri. Por la plaza de Majzen salimos de la medina, esta plaza es un antiguo patio de armas, situado junto al alcázar. En esta plaza desde las que hay maravillosas vistas, está la antigua Comandancia, el castillo El Fath (de la Cigüeña), Laqaliq o Nuestra Señora de Europa, y el jardín de de las Hespérides. Al borde de la ladera se encuentra la Torre Judia, antigua torre defensiva, con un escudo de la dinastía de los Austria, y que ahora es el Museo Arqueológico de Larache.
LA CIUDAD COLONIAL
En los alrededores de la Medina está el cementerio musulmán. El cementerio cristiano está situado hacia el faro de punta Nador, caminando por el Balcón del Atlántico.
De la ciudad nueva merecen la pena los edificios coloniales de la plaza de la Liberación y la Avenida de Mohamed V, con la iglesia del Pilar y el mercado de estilo neo árabe, merece la pena pasear por el paseo marítimo del Balcón del Atlántico. En la salida hacia el alcázar están los restos de los antiguos acuartelamientos españoles.
ALREDEDORES
En días soleados es un espectáculo contemplar los arrozales que lindan con el Río Loukos. La gama de colores nos permiten disfrutar de un hermoso y apacible paisaje. Se accede a través de una carretera que nace de la N1, dirección Asilah, justo antes de cruzar el puente del río. (Ver mapa.)
Y como no, no perderse el asentamiento romano de LIXUS. (Ver Lixus)
