En Marruecos las normas de tráfico son similares a las de Europa y se deben cumplir escrupulosamente, aunque veamos que “otros” incumplen todas, incluso las más arriesgadas para la integridad física, como adelantar en cambio de rasante sin visibilidad o no respetar los stop. Estos “otros” saben cuando pueden y cuando no pueden hacerlo y además saben conducir de “otra manera” y «a veces» se equivocan. No existe información de la siniestrabilidad en Marruecos, pero a tenor de lo que se ve en la carretera, los accidentes son muy frecuentes y graves.
Por tanto, cuando tomemos la decisión de viajar o no en coche a Marruecos pensemos menos en si nos robarán el coche (muy, pero que muy improbable) y más en nuestra integridad física cuando circulemos por sus carreteras.
Debemos ser prudentes por dos motivos:
– Las carreteras y autopistas están muy transitadas por peatones, tanto de día como de noche, así como por animales, tractores, bicicletas,..; la iluminación en los accesos a las ciudades es muy deficiente; no se respetan las preferencias en los cruces y mucho menos las líneas continuas; las carreteras secundarias son muy estrechas y un largo etcétera. Ante este panorama la velocidad y la distracción se convierten en malas compañeras de viaje.
– Y por otra parte, existen zonas con controles de velocidad (rádares móviles), muchas, sobre todo en las entradas a las ciudades y en las autopistas. Y nos multan en el momento que superemos un solo km/h. Y os aseguro que son muy, pero que muy eficaces.
Lo que si está garantizado es que, si no estamos acostumbrados, nos va a sorprender la forma de conducir. Cuando circulemos por tramos no controlados o por carreteras de trazado sinuoso hay que tener especial cuidado con los cruces, las cunetas, las curvas sin visibilidad y los cambios de rasante. Y sobre todo evitar en lo posible viajar por carreteras secundarias de noche. Es habitual ver circular a los coches, en autopista como carretera, por el centro de la calzada y con las luces largas; con ello intentan evitar el atropeyo de los peatones y animales que utilizan las cunetas como si fueran caminos.
Por tanto reiterar hasta la saciedad un consejo que, en este caso, es más que obligado: mucha prudencia y olvidaros de las prisas.
En cuanto al abastecimiento de gasolina no hay ningún problema en las zonas más transitadas. El número de gasolineras es considerable y existe gasolina sin plomo. Su precio es sensiblemente inferior al de Europa. Conviene, además, consultar antes a nuestra compañía de seguros sobre la conveniencia o no de ampliar la cobertura del seguro
