En las ciudades el agua corriente está clorada y es, por tanto potable y por lo general de sabor agradable. En la periferia, en los chiringuitos de playa, restaurantes de carretera o en las aldeas es muy probable que no, por lo que en estos lugares no se deben consumir bebidas que no estén convenientemente embasadas, productos que no estén suficientemente cocinados y frutas de piel fina (melocotón, uvas, ciruelas,) evitando cualquier tipo de ensalada o similar. Además está desaconsejado comer o beber productos lácteos que no provengan de leche pasteurizada.
Interesantes, por acertados, los consejos del Ministerio Español de Asuntos Exteriores:
Las condiciones sanitarias en Marruecos son en general correctas. En las principales ciudades se puede recurrir en caso de necesidad a clínicas privadas donde se contará con buenos profesionales formados con frecuencia en España o Francia. Sin embargo en ciudades de menor importancia, y en general en el medio rural, las instalaciones sanitarias son de un nivel muy inferior, poco dotadas y con personal auxiliar escasamente cualificado. Sólo se recurrirá a la hospitalización en caso de extrema urgencia siendo preferible, tras el consejo facultativo oportuno, el regreso al lugar de origen.
Conviene extremar las medidas de higiene, prestando atención a la comida (lavando bien las frutas por ejemplo), bebida (agua embotellada fuera de las grandes ciudades) y alojamiento. Por ello, los puestos ambulantes donde se sirven comidas y aquellos situados al borde de las carreteras deben ser evitados. En verano es recomendable evitar el consumo de ensaladas y en prevención de desarreglos intestinales, viajar provisto de pastillas antidiarreicas.