Idiomas de Marruecos

Los idiomas oficiales de Marruecos son es el árabe (Dariya) y el Amazigh. El Dariya es el idioma de la legislación aunque las leyes también se traducen y publican al francés.

La lengua mayoritaria hablada por la población es el árabe marroquí, poco a poco influido por la llamada lengua culta. De facto existe una diglosia e incluso una triglosia. El rey de Marruecos cuando quiere que un discurso llegue a todo el mundo se ve obligado a utilizar el árabe dialectal.

Las zonas berberófonas, en sus tres dialectos de las lenguas bereberes (tarifittamazight y tachelhit) utilizan su lengua diariamente.

La lengua francesa es la lengua del comercio y de la administración; la enseñanza superior se imparte en francés.

En las ciudades de Tetuán y Nador el conocimiento y uso del español es elevado; también en la población saharaui del antiguo Sahara Español; en la mayor parte de la población de Larache,  Tánger,  Alhucemas y Sidi Ifni es usual. Existen grupos de hispanohablantes en ciudades como  Rabat,  Agadir, Kenitra, Casablanca, Taza, Fez, Marrakech, Mequínez y Uxda. Actualmente, existen seis centros del  Instituto Cervantes, siendo una de las mayores concentraciones en un sólo país de esta institución encargada de la difusión de la lengua española en el mundo. La población hispanoparlante en Marruecos asciende a unos 360.000 personas en 2006

Árabe marroquí, لهجة مغربية también llamado árabe coloquial marroquí o dariya دارجة es el conjunto de variedades de árabe dialectal habladas en Marruecos, y que presentan multitud de rasgos comunes que las diferencian de otros dialectos del árabe. El árabe marroquí pertenece a la familia del árabe magrebí, uno de los principales grandes grupos de variedades orales de la lengua árabe.

El árabe marroquí es resultado de la evolución del árabe oral en Marruecos. Procede de la lengua árabe importada por los conquistadores musulmanes en el siglo VII, por una parte, y de otra variedad de lengua árabe llevada por las invasiones de la tribu beduina de los Banu Hilal en el siglo XI. Aún hoy pueden establecerse diferencias entre los distintos dialectos marroquíes en función de que deban su origen en mayor o menor medida a una u otra oleada de arabización. Ambas se desarrollaron sobre un fuerte sustrato bereber, que ha dejado una impronta visible en el vocabulario, la fonética y la gramática. Es también palpable la influencia del árabe andalusí y, ya en época moderna, del francés y, en menor medida y sobre todo en las variedades norteñas, del español. A diferencia de otras variedades de árabe hablado, el marroquí no tiene apenas influencias del turco, ya que Marruecos no perteneció nunca al Imperio Otomano.

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