En Marruecos tanto la venta como el consumo del alcohol están regulados por ley y sólo se puede adquirir o consumir en los establecimientos autorizados. Esto significa que debemos ser respetuosos con las reglas del juego, evitar su consumo fuera de estos establecimientos y olvidarnos de hacerlo en la vía pública y beber sin preocupación donde esté permitido. Los musulmanes, sea cual sea su nacionalidad, no pueden comprar alcohol en los establecimientos autorizados ni consumirlo en los bares y restaurantes aunque existe una permisividad más que evidente que sorprende al turista. Es durante las principales fiestas religiosas cuando se aplica con rigor esta prohibición, permaneciendo cerrados los establecimientos de venta (bodegas).
Para limitar el consumo entre la población el Estado grava el alcohol con altos impuestos lo que encarece considerablemente el precio final, por lo que resulta sensiblemente más caro que en España (aproximadamente el doble) y totalmente prohibitivo para el ciudadano medio marroquí
No hay un estándar establecido sobre la rigidez en la aplicación de estas normas. En las zonas frecuentadas por los turistas es fácil encontrar establecimientos que venden o sirven alcohol y su consumo en las terrazas y restaurantes autorizados está asumido por la población; es el caso de Asilah. Situación muy distinta se vive en las ciudades santas o en el medio rural.
Como no existe un distintivo en los restaurantes y terrazas que nos permitar saber si se sirve alcohol preguntar antes. Nunca ofende.
En Marruecos elaboran cerveza (Casablanca y Flag) y una gran variedad de vinos. Estas dos marcas de cervezas están muy conseguidas y en cuanto a los vinos, en estos momentos, están trabajando en la mejora de las técnicas de elaboración para hacer competitivo el producto final. Hoy se puede disfrutar de una respetable variedad y calidad de vinos, tanto blancos como tintos. Ante el probable desconocimiento de marcas es deseable dejarse aconsejar.
CONSUMO DE DROGAS
Se ironiza mucho con la permisividad que hay en Marruecos sobre el consumo de las llamadas drogas blandas, y puede que sea cierto, pero para no perder la perspectiva de la realidad reproducimos lo que dice al respecto nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores:
DROGAS : En Marruecos se pena la posesión, aunque sea para consumo propio, de cualquier tipo de droga, con independencia de la propia tipificación prevista para el tráfico de estupefacientes. Las penas por consumo pueden oscilar entre un mes y los 5 años de cárcel, en función de la eventual reincidencia, además de una multa de 1.200 DH de tipo administrativo y otra multa impuesta por la aduana, cuya cuantía varía según el valor de la droga incautada. Por tráfico de drogas, las penas a imponer van de los 5 a los 30 años de prisión, según las circunstancias y que el acusado sea reincidente o no, además de las multas a que se refiere el párrafo anterior. Las autoridades marroquíes suelen exigir el pago íntegro de las multas impuestas como condición previa a considerar las solicitudes de traslado de presos a España, en cumplimiento del Tratado bilateral existente al respecto.
